Calma, quizá rencor... nah, seguro que no
Zarzillos: retorciendose, retozando y rodeandolo. Apendices rugosos y convolucionados con pequeños agijones lechosos de ulcerante dolor. Arropando un musculo sano y meciendolo, haciendolo suyo. Acostumbrándose a su pálpito.
Estableciendo esa relacion simbiótica que, en principio, parecia beneficiosa para ambos; pero que a la larga ha demostrado en qué lugar quedaban los dividendos. Fraccionando en milimétricas partes el indivisible beneficio que obtiene de la, según para quien, rentable relacion que mantiene con su hospitalario y activo anfitrion.
Atrapando en su bien tejida maraña cualquier enemigo: cualquier otra emoción que pudiese rivalizar. Acallandola, haciéndola pasar como nimia. Cambiando la escala moral para dejar claro donde está la más importante; cual merece el esfuerzo y cual no se debe olvidar... bajo ningún concepto.
Quiza sea por eso por lo que dicen que devora a la gente.
2 comentarios:
A veces das miedo...
Yo intento dar miedo todo el tiempo!!
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