TIEMPO DE TORMENTAS 1.1

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Casi por accidente, tome el camino del noroeste hacia el interior, alejándome apenas unos kilómetros de la oscuridad de la costa. De todas las posibles opciones era la via más estrecha y menos transitada. El recorrido seguía un antiguo sendero para carros que usaban en el pasado los habitantes del pueblo para pescar en la pequeña cala en la que residía.

El camino se había asfaltado hacia ya algunos años para favorecer el acceso a los campos de cebada circundantes. No parecía la mejor opción, a pesar de la belleza del entorno, pero apenas había tráfico y uno no se encontraría nunca un control. Sin duda era la elección apropiada para la vuelta si uno había bebido en la comida, siempre que no lloviese.

Desde luego llovía, llovía cada vez más. Hacía bastante viento, y la tormenta estaba avanzando hacia el interior. De hecho, cuando apenas me quedaban cuatro o cinco kilómetros para llegar al pueblo, un trueno tremendo me hizo encoger los hombros. Por suerte había recorrido ese camino unas cuantas veces, así que no tuve problemas para llegar.

Había que salir por el otro lado del pueblo para dar la vuelta y llegar hasta el restaurante. Desde aquella salida se solía ver perfectamente la cercana ciudad y era sabido que la vista del campo que había desde el asador era esplendida, pero cuando pase por ambos sitios ya no se veía nada a lo lejos.

En la parte trasera estaban aparcados los coches de los demás comensales, que sin duda estaban esperándome en el interior. Me moje completamente en los pocos metros que había hasta la puerta, entregue mi abrigo al joven camarero y atravesé el restaurante hasta la mesa que había al final, cerca del amplio ventanal y de la cálida chimenea. Salude a todo el mundo y sonreí antes de sentarme.

I- Creíamos que ya no venias.
T- El camino estaba imposible.
L- Siempre eliges el camino más complicado. Hemos comenzado con el vino mientras llegabas, te sirvo una copa.