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El cartel de una película diferente:
Aquí teneís al narrador:
Rodada en 1983. Ojito a los efectos especiales.
Quizá a alguno de vosotros no le haga tilín inicialmente éste tipo de género... Éso es porque no la habeís visto todavía.
Os pongo brevemente en situación:
El cine de la democracia
Con el fin de la dictadura, se suprime la censura y se permiten las manifestaciones culturales en otras lenguas españolas, además del castellano, fundándose, por ejemplo, el Institut de Cinema Català, entre otros.
En un principio triunfan los fenómenos populares del destape y el landismo. En los primeros años de la democracia, se abordan temas polémicos y se revisa la historia nacional reciente en películas que, en algunos casos, tienen una innegable calidad como sucede, por ejemplo, con Canciones para después de una guerra (Basilio Martín Patino, 1976) o El espíritu de la colmena (Víctor Erice, 1973), otras son dignas recreaciones de los años más grises de la dictadura como ocurre con Pim, pam, pum... ¡fuego! (Pedro Olea, 1975), donde se describen las dificultades de supervivencia de los perdedores en la España más puramente franquista; o particulares visiones esperpénticas del franquismo, como sucede en La escopeta nacional (Luis García Berlanga, 1978).
Los cambios políticos de esos años se reflejan de forma inmediata en filmes como Camada negra, de Manuel Gutiérrez Aragón; Tigres de papel, de Fernando Colomo y, en un tono menos militante pero de mayor calado popular, Asignatura pendiente, de José Luis Garci, ganador en 1982 del primer Óscar español concedido a la película Volver a empezar. A la vez comienza a hablarse del llamado «nuevo cine vasco» en el que se encuadran directores de la talla de Montxo Armendáriz, Juanma Bajo Ulloa e Imanol Uribe cuyo film La muerte de Mikel (1984), protagonizada por Imanol Arias, logra llevar a las salas de exhibición a más de un millón de espectadores. Y en 1980 Iván Zulueta estrena el largometraje Arrebato, que a pesar de su impopularidad inicial acabaría quizá convirtiéndose en una película de culto, según algunos.[3] De esa época es también la excelente versión de La colmena, la novela de Camilo José Cela que filmó Mario Camus con un reparto excepcional.
También en esos años los espectadores llenan las salas para asistir a películas de la llamada «comedia madrileña» representada por directores como Fernando Colomo, el clasicista Fernando Trueba, el humor negro de Álex de la Iglesia y el casposo de Santiago Segura y, sobre todo, los sofisticados melodramas del personalísimo Pedro Almodóvar. Más tarde alcanzarán notoriedad Alejandro Amenábar y Julio Médem.
El landismo
El actor Alfredo Landa, prestó su apellido para dar nombre a este subgénero de la comedia española. Landa, frecuentemente acompañado por José Luis López Vázquez, representó en numerosas películas al macho ibérico, prototipo medio del español de la época: bajito, moreno, obsesionado con las mujeres y reprimido sexualmente. Es un tipo de comedia de bajo presupuesto, puramente evasiva, depreciada en su momento por la crítica aunque no por el público que llenaba las salas donde eran exhibidas, como ocurrió con la que quizás sea la más representativa del género No desearás al vecino del quinto (Ramón Fernández, 1970) que, con más de 4.300.000 espectadores, es una de las más vistas de la historia del cine español. Los numerosos filmes protagonizados por Andrés Pajares y Fernando Esteso podrían ser encuadrados dentro de este subgénero.
Sin más, a disfrutarla...
http://www.youtube.com/watch?v=jaPHa2ArEK8