2008/11/27

Una escena

Un verde pálido casi amaranto en intensidad y blanco en profundidad. Esa tonalidad que por falta de ella parece que se define.

No estoy muy seguro de cuanto tiempo estuve viéndolo. Mirándolo fijamente pero no solo me estuve entreteniendo observándolo sino también intentado deducir las intrincadas relaciones que en mi materia gris se estaban creando, habían sido creadas o de repente habían surgido.

Ciertamente me sorprendió la reacción que causaba todo esto en mi cerebro; ese color que había dejado de ser macilento para, según quien, crear una sensación de horror; en mi mí caso estaba despertando recuerdos infantiles; la luz traspasando la cortina verde de plástico de un biombo hospitalario. Las enfermeras corriendo de acá para ya y los doctores y doctoras; no se porque recuerdo a esa doctora. En una batahola producida por las ganas de ayudarse unos a otros y de solucionar todos los problemas que había de una manera eficiente. Curiosamente este caos no ayudaba en nada a esa buena intención.

Pero volviendo a lo que mis ojos, pacientemente, observaban y mis oídos se negaban a escuchar. En ese momento, mi compañera se dio la vuelta para sacarme de ahí.

No estoy muy seguro de si la mirada que me echaba era de repugnancia o de sorpresa. Creo que era una mezcla de las dos. Quizá esperaba de mi una reacción más humana, pero eso era precisamente lo que le faltaba a toda esta situación; humanidad. O quizá era la definición de la misma.

(¿seguiré? Depende de si las musas se dignan a visitarme que me tienen muy abandonado :P)

3 comentarios:

Silderia dijo...

¿Las musas muy abandonado? no creo yo que eso sea verdad. O una de dos o vinieron a visitarte del tirón o el café de la mañana estaba pasado de fecha, a todo esto, ¿de qué marca era?

Gigi dijo...

musasssssssss o hacéis acto de presencia inmediato o me dedico a hacer zapatos de cemento ya mismo :p

Anónimo dijo...

:)