2014/12/10

DEVENIR SOMBRIO, en cuatro pasos

El cielo era gris.
También lo era el suelo.
Su cuerpo estaba oscurecido.
Pero su rostro todavía se iluminaba.

Era lejano el tiempo en que le habían crecido brotes.
Las hojas habían terminado de caer, una a una, dejándolo desnudo.
Habría querido que en su esqueleto de ramas anidasen futuras generaciones.
Pero el cruel viento quebró su cuerpo afectado por la humedad. 

Anciano y achacoso se sentó a descansar.
Mirando hacia el interior de su casa, a pesar de tener la ventana cerca.
Recordó su día a día más habitual, y por un momento pensó que todo iba bien.
Entrecerró un poco los ojos, como saboreando la situación, y entonces se apagaron.

La oscuridad de la caverna era profunda y oscura.
Parecía la garganta eterna y sin fin de la madre tierra.
Daba miedo la posibilidad de ser devorado al entrar en su interior.
Pero fuera estaba anocheciendo, y tendría que buscar cobijo pronto.

No hay comentarios: