2008/05/01

El libro de los nombres

Recuerdo que su cabello estaba tejido con las hebras en que la luna teje su manto de noche; suave, lustroso y sedoso. Engalanando y enmarcando su rostro.

También recuerdo su piel, recubriendo como una sábana de alba seda su silueta. La luna la envidiaba y se notaba cuando la iluminaba. Su macilento resplandor la envolvía con avaricia, con un deseo y una rabia impropia del frio astro.

Sus enormes y grises ojos miraban con la indiferencia propia de un buho en una noche de caza. Pero con el mismo efecto escalofriante que su mirada producia en sus preseas. Sus labios eran frios como lápidas, su barbilla sobresalia imprimiendo caracter y sus manos largas como tallos de bambu.

Se que estaba porque la ví. Me miro fijamente y luego torcio el gesto. Se que la necesito porque dentro de ella ardían las llamas que Prometeo arrebato a los dioses, las llamas que le costaron una condena. Y solo con su mirada me las había ofrecido... solo tenía que seguirla. Pero no soy capaz de encontrarla.

La busqué y no la encontre. luego seguí buscando en los sueños y tampoco tuve éxito así que se incrementá mi deseo de poder encontrarla. Por ello encontraré el libro donde la Muerte escribe los nombres de los que se lleva. Para poder inscribirme y tener una oportunidad de verla de nuevo.

2 comentarios:

:) dijo...

¡¡¡WOW!!!

eh... me estaba preguntando...
¿por que no haces este tipo de descripciones y uso del lenguaje cuando haces de master?

Y ya me gustan las que haces, pero es que este toque lirico-poetico es precioso. Le daria mucho encanto a las partidas.

Si, bueno, puede que los jugadores rompiesemos el encanto con un hachazo, un grito de: ¡cortale la cabeza! y otras muchas barbaridades. A lo mejor es complicadillo y tal. ¡Si es que somos unos membrillos asesinos sin sentimientos!

:) dijo...

Lo he leido otra vez y es brutal.
Bueno, a ti te gusta alguien ¿no?. Es que te pones muy bien en el papel a la hora de escribirlo.

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