* Esto sí
que era inesperado, toda una nueva galería ya excavada anteriormente. Eso suponía
muchísimo tiempo y dinero ahorrado. Solo tenía que convencer a los patronos de
que la excavación era propia y redirigir los fondos de la misma a la compra de
material para la maquinaria que había ideado. Sí, era un gran golpe de suerte,
la verdad, a los grandes hombres le sonríe
la fortuna, ¿no es así?
Empujó un poco la pared de piedra irregular, produciendo que una cascada de cascotes, levantando una niebla de polvo, que se introducía en ojos y narices por igual y sin ningún tipo de remilgo. La azulada luz se asomó, esquiva de manera que no le permitía ver el fondo.
Empujó un poco la pared de piedra irregular, produciendo que una cascada de cascotes, levantando una niebla de polvo, que se introducía en ojos y narices por igual y sin ningún tipo de remilgo. La azulada luz se asomó, esquiva de manera que no le permitía ver el fondo.
* Claramente
esta galería era grande, espaciosa podría incluso usar animales de carga para
llevar el material dentro, fortuna estaba con el de nuevo.
* Maryann
no estaba muy de acuerdo con haberse trasladado a la galería, pero gracias a
eso, todas las mañanas, él podía adelantar trabajo y descubrir maravillas como
estas. Todo mientras ella daba un paseo a caballo, fuera, y hablaba con los campesinos
y los mineros que descansaban.
Esta galería
parecía natural, no veía marcas de picos ni barrenas, como tampoco veía humedades.
Quizá hubiera sido un antiguo cauce fluvial bajo la montaña, pero ya no lo parecía.
* ¿Qué
era eso que había al fondo?
Pero la
fortuna es una dama esquiva que prefiere dejarse ver en compañía de muchos hombres,
no fuera a ser que alguien creyese que es
amante de alguno. Nunca dos noches en la misma compañía y siempre yéndose cuando
más se la espera y sobre todo cuando alguien confía en la mesa de juego.