2014/10/21

CUANDO VIENEN LOS ORKOS

Todo cambia cuando alguien avisa de que en el horizonte se ve venir a los orkos.
Las alianzas se quiebran o se refuerzan.
Un aliado que creiamos que era de confianza, es precisamente el que esta planeando como usarnos para  cubrirse en la huida.
Otro planea abrirle la puerta al enemigo.
Quien no parecia dorarnos tanto la píldora, coge la lanza y se prepara para la batalla.
Solo Dios sabe si lo hace por el, por ti, porque así lo aprendió, por un buen motivo, o porque no se le ocurre otra opción.
Todo cambia. Uno ve como algunos amigos ya no lo son tanto, como el recelo surge. Y sin embargo, otros, gente que no se hacían demasiado caso, se muestran colaboradores entre ellos.
Y hay un grupo magnifico. Unos pocos. Los que de verdad intentan  permanecer fieles a si mismos. Adaptandose a la situación, pero leales a su forma de actuar y a sus elecciones.
Casi todo el mundo cree pertenecer a ese ultimo grupo, pero...no.

A veces, en todo el caos que se genera, en medio del terremoto, ves lo que hay en el fondo. Las relaciones se ponen a prueba ante las circunstancias.

Uno se da cuenta, que a pesar de las diferencias, de los criterios divergentes, de los roces, incluso de los mayores y más importantes cabreos, hay una conexión, algo que une, y te das cuenta de que hay gente que siempre esta ahí. Aunque a veces te hagan daño, te saturen, o... lo que sea.

Y lo más sorprendente de todo es que, a veces, para todo esto no hace falta que vengan los orkos realmente. Solo que la gente crea que si, y se monte la película en su cabeza.

Calma Johny, calma...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Y se nos olvida dar gracias a Dios por los Orkos, por los eldar (de todos los colores) y al Rune Quest.

Qué seria de nosotros sin ellos...

Anónimo dijo...

Hay que.
Me esfuerzo en decir pocos de estos, pero...
HAY QUE quitarse las legañas cuando uno se despierta de un laaaaargo sueño.
Y mirar alrededor.
Y abrir bien los ojos.
Y horripilarse al dar crédito a lo que ellos ven.
Y.... Empezar a hacer cosas:
Se acabó el sueño.
Y empieza el juego...